De todas las sensaciones que nos produce el acto de beber vino, la más directa y la que llega directamente a nuestro cerebro más primitivo, es la sensación del olfato. El aroma de un buen vino es capaz de evocar recuerdos….¿Quién no asocia un olor determinado con su infancia, un país o un viaje?, el olfato es un gran evocador de recuerdos y de las emociones asociadas a esos recuerdos.
El vino como generador de emociones:
Además de generar emociones debido a la asociación con recuerdos y acontecimientos del pasado, también al degustar un vino se pueden llegar generar emociones de manera directa; estoy hablando de la emociones básicas ; alegría, sorpresa, tristeza, asco y miedo…
Muchos pensareis que esto es una locura… pero estoy segura que no… ¿quién sabe?
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